imagen 2020, el año de la inútil charlatanería

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Sí, así como lo anuncia este blog, este 2020 además de situarnos en la historia universal como el año en que un virus llamad Covid19 nos encerró en casa y causó la muerte a una parte importante de la población mundial, ha traído y/o dejado brotar en algunos seres humanos un paquetito extra de perlitas indeseable; una serie de elementos que sigue convirtiendo a muchos y desenmascarando a otros.

Entre estos componentes, repugnantes todos, podemos enumerar algunos defectos dominantes que se han ido adhiriendo en la sociedad y lo peor es que líderes importantes y estudiosos a los que consideraba brillantes y respetables replican sin pudor alguno estas conductas irreverentes y hacen que estos comportamientos inútiles sigan su curso campante y reproductor sin freno alguno; algo así como esa mala hierba que crece a su antojo ahogando a la buena semilla de jardines, cultivos y huertos.

Cuando me refiero a ‘la inútil charlatanería’ frase que encabeza este blog, hablo en parte de la soberbia desmedida que abunda en la calles. Si nos detenemos a evaluar este comportamiento, sin ser expertos en temas de comportamiento, es fácil y rápido entender que estos jaloneos de pensamientos obedecen a la polarización de todos y cada uno de los temas a debatir por causa de la pandemia que nos aflige. Llámese política, religión, economía, virus, vacunas, pruebas, clima, seguridad, violencia y hasta la popular aplicación Tik Tok.

Empecemos con el orgullo y el ego, ese exceso de estimación tan de moda hoy en día que está siendo explotado al punto de tener en la cuerda floja la conducta e integridad de los seres humanos. Y es que esto de las emociones y el autoestima maquillado se ha alborotado a tal nivel que es hora de examinarnos cuidadosamente para no caer en odios estériles. Otro desborde que anda volando bajito es la vanidad sin sentido; esa que embrutece y que en un porcentaje riesgoso, y gracias al mal manejo de las redes sociales, tiene empobrecida a buena parte de la población mundial.

Arrogancia, soberbia, prepotencia, altivez … ingredientes que crecen como la espuma y tristemente desbordan en lo que a diario escuchamos en las noticias: suicidios, actos violentos, abuso de autoridad y el mal mayor que aqueja este siglo; el indeseable bullying, ese concepto acosador que rebaja la dignidad humana y que nos está destruyendo a puñetazo limpio y en la mayoría de las ocasiones sin salida de emergencia.

Todos estos sinónimos que muchos usan para disminuir y rebajar al oponente sin clemencia alguna se pasean con soltura por todos los estratos sociales. Este flagelo no discrimina a nadie; ya no es posible estar en desacuerdo, ahora lo mas fácil es adoptar una actitud déspota y hacer uso seguido e indiscriminado de la burla; el arma de todo buen mediocre.

Para evitar el llanto en bandada prefiero terminar este post honrando a Ruth Bader Ginsburg, una gran mujer de la que sigo aprendiendo cada día. Las frases que nos dejó la jueza de la Corte Suprema de Estados unidos quien falleció el pasado 18 de septiembre a los 87 años de edad por un cáncer de páncreas, nos enseñó, entre otras cosas, que podemos estar en desacuerdo sin necesidad de ser hostil.

  • «De vez en cuando ayuda ser un poco sordo. Ese consejo me ha sido muy útil. No solo en lo que respecta a mi matrimonio, sino a mis colegas»
  • «Mi madre me dijo que fuera una dama. Y para ella, eso significaba ser tu propia persona, ser independiente».
  • «Leer es la llave que abre las puertas a muchas cosas buenas en la vida. Leer le dio forma a mis sueños y más lectura me ayudó a hacer realidad mis sueños».

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